El asbesto cobra entre 12.000 y 15.000 vidas al año en los EE. UU, incluyendo, aproximadamente, 3.000 por año debido al mesotelioma. Parte de este daño se agrava por errores médicos, los cuales podrían afectarle grandemente.

Puede resultar sorprendente saber que el asbesto aún no está prohibido en los Estados Unidos, a pesar de la abrumadora evidencia de sus peligros. Mientras algunos tipos de productos han sido ilegalizados, grandes cantidades de asbesto en bruto y productos derivados del asbesto aún son importados anualmente. La legislación que habría prohibido totalmente el asbesto fue bloqueada por la industria del asbesto y estos mismos intereses corporativos siguen luchando en contra de las regulaciones hoy en día, las cuales compensarían a las víctimas por los daños que sufrieron, mientras el único beneficio va hacia los bolsillos de las compañías de asbesto.

El asbesto, un tipo de fibra mineral presente en la naturaleza, es un material útil porque es resistente al fuego, un buen aislante y puede ser incorporado a otros materiales como agente aglutinante y reforzador. De hecho, el asbesto fue considerado une vez como una «fibra milagrosa» debido a su aparentemente inagotable lista de usos, desde materiales de construcción hasta aplicaciones textiles, pasando por productos de cuidado personal.

Más importante aún, el asbesto es barato. Las alternativas al asbesto estuvieron disponibles para los fabricantes, pero cuestan más y utilizarlas habría incrementado los costos de producción. La necesidad de materiales baratos todavía impulsa el comercio de asbesto en países como Brasil, China e India y, por años, impulsó el comercio de asbesto en los EE. UU.

En los Estados Unidos, el asbesto ha sido utilizado desde los años 1.800, inicialmente en los motores a vapor y luego en miles de productos. Aunque era popular en la industria militar y privada alrededor de los años 30, el uso del asbesto comenzó realmente durante la Segunda Guerra Mundial, un período en el cual cientos de libras de asbesto eran importadas diariamente y la fibra mineral era empleada virtualmente en cada nave fabricada por la Marina de los EE. UU, así como en los jeeps y otros vehículos, cuarteles militares y
edificios y mucho más. El uso extendido del asbesto por parte de la industria militar explica por qué los veteranos conforman cerca de 1 de 3 muertes por mesotelioma.

Para los años 70, el uso del asbesto alcanzó un pico y las prohibiciones federales sobre el asbesto sacaron muchos productos de circulación. Aún cuando muchos de los usos del asbesto y productos derivados del asbesto ya no son permitidos, el período de latencia de 20-50 años de la enfermedad causada por el asbesto indica que muchas personas expuestas a la sustancia hace décadas apenas se están enfermando. También quiere decir que muchos otros edificios y productos todavía contienen asbesto y representan un riesgo de exposición continua.

La epidemia de enfermedad causada por el asbesto en los EE. UU pudo haber sido prevenida si las compañías de asbesto hubiesen considerado los riesgos del asbesto para la salud. La evidencia de que el asbesto estaba enfermando y matando a los trabajadores emergió apenas en los años 20, y documentos internos de los años 40 muestran que la industria del asbesto sabía que sus productos eran mortales. Ellos no tomaron acciones con respecto a este conocimiento para proteger a los trabajadores, sin embargo, aseguraron que las futuras generaciones seguirían enfermándose por causa del asbesto.